Actors John Krasinski and Michael Kelly of "Tom Clancy's Jack Ryan" touring the US military's Ramstein Air Base in Germany (Credit: US Air Force / public domain)
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El actor John Krasinski es uno de los mayores fanáticos de la CIA.
“La CIA es algo que todos deberíamos no solo apreciar, sino agradecer todos los días”, declaró.
“[Fue] lo más excitante para mí, es decir, me puse totalmente nervioso cuando llegamos a la CIA”, dijo Krasinski. “Fueron las personas más increíblemente generosas, amables e inteligentes”.
Los comentarios de Krasinski surgieron directamente de su experiencia como protagonista de la segunda temporada de la serie de Amazon, “Jack Ryan”.
En un nuevo análisis de video, del programa (incluido al final de este artículo), el investigador Tom Secker expuso al programa como simple propaganda imperial estadounidense producida en colaboración directa con la CIA y el Pentágono.
Como editor del sitio web Spy Culture, Secker ha dilucidado el rol de Hollywood en la difusión de propaganda dirigida a inculcar una mentalidad militarista en el público.
A través de documentos FOIA (Freedom of Information Act o Ley de Libertad de Información), Secker ha demostrado metódicamente el papel del Pentágono, la CIA y el FBI en darles forma a guiones y fijar la agenda de algunas de las películas y programas de televisión estadounidenses más populares.
Al analizar la serie “Jack Ryan” de Amazon, Secker reveló que el rol directo de la CIA en la elaboración del contenido del programa les fue ocultado a los espectadores.
Aunque el programa fue uno de los primeros en ser filmados en la base de Langley de la CIA en años, la siguiente advertencia apareció al final de cada episodio:
“Esta es propaganda del gobierno realizada en secreto sin que la audiencia lo sepa”, dijo Secker. “Su objetivo es manipular cómo ves el mundo”.
Inspirada en el kitsch de la Guerra Fría del autor de acción pulp Tom Clancy, la serie “Jack Ryan” de Amazon fue el producto de una extensa y directa colaboración entre los productores del programa y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
En comentarios improvisados durante una reciente gira de la USO (United Service Organizations) por bases militares, Krasinksi reveló que estaba ansioso por “hacer un programa que interactúe más con la comunidad militar y de inteligencia”. El actor dijo que solicitó una interacción directa con la CIA, “así que conversamos mucho sobre cómo hacer que Jack Ryan sea divertido, así como hacerlo relevante”.
Krasinksi reveló que “Jack Ryan” se apoyó en “muchos consultores y personas distintas que siempre están chequeando con nosotros… Realmente se trata de hacer preguntas y asegurarse que no hagamos nada más allá del límite”.
Su coprotagonista, Wendell Pierce, mencionó en otra entrevista que basó su personaje en alguien que conoció durante uno de los muchos viajes que el elenco realizó a la sede de la CIA. De hecho, muchas escenas del programa fueron filmadas en el campus de Langley, Virginia, de la agencia.
“Fueron las personas más generosas e increíblemente dadivosas”, dijo Krasinski sobre los oficiales de la CIA que conoció en Langley.
Tom Clancy, el fallecido autor éxito de ventas de la serie Jack Ryan, vendió decenas de millones de libros a una gran cantidad de seguidores compuesta de lectores obsesionados con la Guerra Fría durante la era Reagan. Sus novelas pulp mostraban a agentes de inteligencia y soldados estadounidenses trotamundos que desempeñaban funciones secretas para socavar a la Unión Soviética y sus representantes en escenarios extranjeros mientras mantenían a su país seguro.
Republicano de derecha de toda la vida, dedicó su libro, “Órdenes ejecutivas”, al entonces Presidente Ronald Reagan. Posteriormente, Clancy fue invitado a hablar en la NSA (National Security Agency), el FBI (Federal Bureau of Investigation) y el Pentágono.
En una visita a la NSA, Clancy se jactó de ser transportado en una fragata de la Marina de los EE. UU., y más tarde andar en un tanque Abrams M1A1 durante un recorrido por una base del Ejército.
El autor incluso ofreció voluntariamente que su trabajo fuera revisado por la oficina de asuntos públicos de la CIA, y solicitó confidencialidad en una misiva a la agencia con el argumento que su editor se disgustaría si se enterara del intercambio.
El Pentágono editó uno de los libros más populares de Clancy, “La caza del Octubre Rojo”, cuando fue adaptado al cine.
La película de Clancy, “Juego de patriotas”, fue apoyada por la CIA, que ofreció su sede de Langley como locación de rodaje para aumentar el valor de la película en términos de relaciones públicas.
Un agente de la CIA revisó cuidadosamente su siguiente película de acción chovinista, “Peligro inminente”, durante una función especial en el Centro Kennedy de Washington, DC.
La primera temporada de Jack Ryan se lanzó en el 2018, cinco años después que falleciera Clancy como el multimillonario copropietario del club de béisbol Baltimore Orioles de la Mayor League Baseball.
El programa fue filmado en Marruecos y se desarrolla en el entorno paranoico de la llamada Guerra contra el terror. El Pentágono rechazó el programa, probablemente porque mostraba a militares estadounidenses que custodiaban sitios negros de la CIA y sobornaban a los yihadistas locales en Yemen. No obstante, recibió el apoyo de la Guardia Costera de EE. UU., que ofreció a los productores el uso gratuito de sus barcos y helicópteros.
El productor ejecutivo de “Jack Ryan”, Carlton Cuse, dijo que el programa presentaba una perspectiva matizada sobre los musulmanes y el Islam. Sin embargo, como explicó Secker, los personajes musulmanes del programa consistían en refugiados desesperados y malvados irracionales: terroristas, terroristas violadores, terroristas abusadores de niños, y terroristas infantiles.
El espectador aprende en la segunda temporada de “Jack Ryan” que Ryan era un ex infante de marina y el único sobreviviente luego que un niño suicida matara a toda su unidad en Afganistán. Los motivos del niño no se explican.
La segunda temporada de “Jack Ryan” se lleva a cabo en Venezuela, el objetivo actual de un intento de golpe de estado de la administración Trump y de devastadoras sanciones económicas por parte de EE. UU.
La trama apenas coherente se centra en una conspiración internacional dirigida por Nicolás Reyes, un caricaturescamente malvado dictador venezolano obviamente basado en Nicolás Maduro, el izquierdista presidente electo del país.
Pero los productores de “Jack Ryan” invierten la realidad al presentar a Reyes como un cleptócrata de derecha profundamente impopular y con vínculos estrechos con la oligarquía. Mientras tanto, el caballero blanco de la CIA, Ryan, ingresa al país para ayudar a Gloria Bonalde, una feminista de izquierda presentada como una luchadora por la “justicia social”.
Como sabe cualquier persona con un conocimiento básico de la historia de subversión de la CIA, Reyes es exactamente el tipo de personaje que la agencia ha apoyado y apuntalado en todo el mundo en la forma de dictadores de derecha como Augusto Pinochet, Efraín Rios-Montt y el Shah Reza Pahlavi. Hoy en Venezuela, la CIA y sus títeres están apoyando a Juan Guaidó, una figura auspiciada por las clases altas de su país y los gobiernos de derecha en la región.
El programa fue filmado en Bogotá, Colombia y no en Caracas, Venezuela. Y como en la temporada anterior, los espectadores son bombardeados con estereotipos negativos de “los nativos”. Los venezolanos que aparecen en la pantalla son presentados como manifestantes violentos, asesinos, funcionarios corruptos, zombis malvados que apoyan al dictador y, una vez más, como niños asesinos.
Mientras promocionaba el papel que desempeñó la CIA en la creación del thriller de fantasía de cambio de régimen de Amazon, Krasinski negó promover una agenda ulterior. “Se hicieron suposiciones que Estados Unidos estaba atacando a Venezuela”, dijo en respuesta a las críticas del gobierno venezolano, “pero eso no tiene nada que ver con nuestro programa”.
Para Secker, el investigador que tan clínicamente expuso a los agentes de inteligencia detrás de la cortina de la serie de Amazon, “Jack Ryan” fue diseñada para inculcar en los espectadores en una “desquiciada visión del mundo militarizada, intolerante y paranoica”.
Vea el análisis de 30 minutos de Secker sobre Jack Ryan y la propaganda de la CIA a continuación:
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