Bolivia election observers threat Arturo Murillo

Gobierno golpista boliviano detiene, expone y amenaza a observadores internacionales en vísperas de las elecciones


El gobierno transicional y no electo de Bolivia repetidamente ha amenazado a los observadores internacionales de los comicios, ha detenido a monitores argentinos en el aeropuerto, y publicado la información privada de los supervisores españoles mediante un activista de ultraderecha.

Por Benjamín Norton

Traducido por Diego Sequera

You can read this article in English here.


LA PAZ, BOLIVIA – En vísperas de las primeras elecciones en Bolivia desde el violento golpe militar de 2019 que forzó la salida de Evo Morales, el gobierno de facto (y no electo) ha detenido, expuesto, y amenazado a observadores electorales internacionales.

El 16 de octubre, el departamento de migración boliviano compartió la información privada y la fotografía de los observadores internacionales españoles mediante un activista de ultra-derecha, que sin demoras publicó estos materiales sensibles en redes sociales, generando una campaña de incitación contra los monitores.

Más tarde el mismo día, el gobierno de derecha detuvo en el aeropuerto en las afueras de la capital La Paz, a observadores provenientes de Argentina. Entre los monitores detenidos por la policía estaban varios miembros del Congreso. Luego circuló un video mostrando a lo que parece un funcionario de la embajada argentina siendo violentado por un agente de la policía boliviana mientras acompañaba a la delegación.

Estos incidentes perturbadores se dieron dentro de un contexto mayor de amenazas de la administración golpista boliviana y sus simpatizantes contra los observadores internacionales que viajaron al país para monitorear las elecciones generales del 18 de octubre.

Varios colaboradores de The Grayzone, incluyendo a Max Blumenthal, Anya Parampil y Ben Norton son observadores electorales en Bolivia que forman parte de una delegación organizada por el grupo de derechos humanos estadounidense CODEPINK. Incluso antes de ingresar al país, fuimos acosados y amenazados por funcionarios golpistas, y desde entonces hemos recibido una inundación de amenazas violentas.

Gobierno golpista boliviano expone al escarnio público a observadores españoles

El 16 de octubre, un bloguero español de extrema derecha llamado Alejandro Entrambasaguas publicó la información privada de los observadores electorales españoles. Obtuvo toda la información del departamento migratorio boliviano.

Entrambasaguas hizo públicas las fotos, nombres completos y registros que los cuatro invitados españoles suministraron al ingresar al país andino. Las fotografías fueron tomadas por el departamento de migraciones en la aduana. La única forma en la que Entrambasaguas pudiera acceder a estos materiales sensibles es que se las haya entregado fuentes que simpatizan con el régimen golpista.

Los cuatro parlamentarios españoles expuestos (doxxed) tenían invitaciones oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) con el estatus de observadores. Esta delegación incluía a Lucía Muñoz, de Podemos; Francisco José Pérez, de Izquierda Unida; Maite Mola, del Partido de la Izquierda Europea; y Gerardo Pisarello, de Barcelona en Comú.

Entrambasaguas escribe para un portal llamado Okdiario, vinculado al partido de ultraderecha Vox. Se ha hecho un nombre como un defensor asérrimo del gobierno golpista boliviano, llegando al extremo de atacar al partido Movimiento Al Socialismo (MAS) del ex presidente democráticamente electo Evo Morales, por lo general con noticas extremadamente dudosas basadas en rumores y prácticamente sin evidencias.

El nombre completo del bloguero español es Alejandro Sanmiguel Entrambasaguas. Proviene de una poderosa familia de la oligarquía española, y ha sido criticado por diseminar con frecuencia fake news.

Tras el golpe de estado de 2019, el gobierno de facto de Bolivia nombró al también activista de ultraderecha Marcel Rivas como jefe de migración.

Rivas amenazó a los observadores internacionales, incluyendo a la delegación de CODEPINK, de la que forma parte The Grayzone.

Rivas también es famoso en Bolivia por compartir la información privada de sus objetivos en redes sociales, sobre-exponiendo a sus oponentes políticos.

El régimen golpista boliviano detiene a observadores electorales argentinos

En la noche del 16 de octubre escaló la campaña contra los observadores internacionales de amenazas online a la detención física de parlamentarios argentinos.

Tres miembros del parlamento, integrantes del Frente de Todos, de la coalición gobernante de centro-izquierda que viajó al país latinoamericano para asegurar la transparencia de las elecciones.

Tan pronto llegar a el aeropuerto de El Alto a las afueras de la capital, fue aprehendido por agentes armados de la policía el congresista argentino Federico Fagioli.

Paula Penacca, otra congresista y observadora internacional argentina a quien se le impidió la entrada al país, publicó un video y fotos en Twitter enseñando a un policía armado hasta los dientes acusando a su colega Fagioli de cometer “crímenes de lesa humanidad” sin presentar algún tipo de evidencia.

Desde su cuenta Twitter oficial, Fagioli manifestó que “este es otro claro ejemplo del ataque de la derecha contra las democracias de nuestro continente. Insistimos que nos permitan observar las elecciones para asegurar su transparencia y denunciar cualquier acto que viole los derechos humanos de pueblo boliviano”.

El tercer integrante de la delegación argentina, el parlamentario Leonardo Grosso, dijo que había sido invitado por la Asamblea Nacional boliviana y la presidenta del Senado, Eva Copa.

Al parecer el gobierno no-electo de la presidenta Janine Áñez no reconoce a los observadores porque no obtuvieron invitación oficial del TSE controlado por el gobierno de facto.

Grosso posteó un video en Twitter enseñando a un policía atacando a un diplomático argentino que estaba acompañando a la delegación. El registro también muestra a las autoridades bolivianas lanzando a Fagioli a un vehículo sin identificación, mientras el parlamentario gritaba “Estoy siendo secuestrado”.

Grosso calificó como una dictadura al gobierno de facto, agregando que “este es un golpe absoluto contra la democracia. Están violando todo tipo de leyes y tratados internacionales”.

Alberto Fernández, el presidente argentino, tuiteó un comunicado tarde en la noche del 16 de octubre condenando el “maltrato” a los parlamentarios, manifestando que “es responsabilidad directa del gobierno de facto de Jeanine Áñez el preservar la integridad de la delegación argentina”.

Luego, una vez más el gobierno boliviano expuso a los observadores internacionales.

Marcel Rivas, el director de migraciones del gobierno golpista, tuiteó una foto con el documento de identificación de Federico Fagioli, el congresista argentino que fue atacado y detenido. Este tuit incluye toda la información privada del legislador, incluyendo su fecha de nacimiento y número de documento de identidad.

Rivas también publicó la foto de Fagioli que fue tomada en la aduana del aeropuerto, así como toda la información registrada en el sistema del departamento de extranjería.

Rivas se refirió a los observadores argentinos como “turistas”, alegando falsamente que “ninguno de los turistas argentinos ha sido maltratado o ilegalmente detenido, en Bolivia un turista no goza de inmunidad, mucho menos de impunidad, aquí se acabaron los tiempos de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos con la huida del fugitivo de la justicia”. Una referencia al presidente democráticamente electo Evo Morales, a quien el ejército boliviano obligó a renunciar en noviembre de 2019 y fue forzado a huir del país.

El principal ministro de Bolivia amenaza repetidamente a los observadores internacionales

Una de las personas más poderosas dentro del gobierno golpista es el draconiano Ministro de Interiores, Arturo Murillo.
El 15 de octubre, Murillo tuiteó una amenaza indirecta a los observadores integrantes de CODEPINK: “Compórtense, sabemos quienes son y dónde están”.

A continuación, luego de una rueda de prensa el 16 de octubre, Murillo redobló sus amenazas contra los monitores internacionales, alegando falsamente que “la mayoría de ellos son izquierdistas y agitadores”, jurando encarcelar o deportarlos de pasarse de la raya.

La intimidación sistemática del gobierno boliviano y la detención física de observadores internacionales ha revelado el arraigado miedo a la transparencia. El 18 de octubre, se hará aún más claro lo que estaba tratando de ocultar.