US ambassador Venezuela James Story Juan Guaido
US "virtual ambassador" to Venezuela James Story with Juan Guaidó

El ‘embajador virtual’ de EEUU tiene una cumbre de golpistas venezolanos antes del reconocimiento a Guaidó de Biden


Una cumbre a puertas cerrada de venezolanos insurrectos en Bogotá realza el papel de James Story como el administrador de Washington de la oposición radical. Entonces, ¿quién es el “embajador virtual” de los Estados Unidos ante Venezuela?


James “Jimmy” Story, el embajador virtual de los Estados Unidos para Venezuela, prometió responder una serie de preguntas enviadas por The Grayzone el 24 de febrero. Pero luego de un intercambio por Whatsapp con esta periodista en la que Story ofreció explicar por qué alternaba con regularidad su avatar entre Gargamel y los Pitufos en la aplicación de mensajes. La conversación prometida no se dio.

El 2 de marzo, David Fogelson, el asistente de Story, informó a The Grayzone que el embajador virtual “no podrá dar la entrevista”. No ofreció más detalles sobre el cambio de parecer.

Ese mismo día, durante un evento por Zoom con la Asociación Venezolano Americana en los Estados Unidos (VAAUS, por sus siglas en inglés), Story se jactaba de que su disposición a aceptar algunas preguntas críticas de su audiencia online “demuestra una transparencia que no tiene el régimen [en Caracas]”.

Las preguntas no respondidas a The Grayzone tenían que ver con la cumbre a puertas cerradas presidida por el embajador del 19 al 26 de febrero en el hotel Marriott de Bogotá.

En una recepción en su casa, que figura en la agenda de la cumbre, el embajador sirvió carnes a la parrilla y libaciones finas a un grupo de fugitivos venezolanos insurrectos y líderes de la oposición de extrema derecha, mientras planificaban la próxima etapa de la operación de cambio de régimen, con apoyo estadounidense, contra el gobierno electo en Caracas.

Los detalles de la reunión salieron a la luz luego de que un funcionario colombiano filtró noticias de la reunión al gobierno venezolano.

“Aquí está la agenda de la reunión que nos envió alguien del gobierno de Duque, indignado de que esto esté ocurriendo en su suelo”, tuiteó Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el 22 de febrero.

El tuit venía acompañado de una captura de pantalla de un documento que delineaba el itinerario de la conferencia, que había sido bautizada “Visita de la Comisión Presidencial venezolana.”

Según Rodríguez, los asistentes incluía al líder de derecha de la oposición Leopoldo López, el abogado y ex diputado Julio Borges, y al ex abogado de Exxon Carlos Vecchio, quien ahora se desempeña como “embajador” de Guaidó en Washington.

Actualmente los tres huyen o bien de cargos criminales o de sentencias en prisión en Venezuela, por crímenes que van desde incitación a la violencia a la participación en intentos de asesinato del presidente Nicolás Maduro.

Tras la llegada de los delegados a Bogotá, el primer evento apuntado en la lista de su agenda era una parrilla de bienvenida que se dio el domingo, 21 de febrero. Story confirmó la barbacoa en su programa livestream por YouTube, “Aló, Embajador”, señalando que había asado un cochino. Con Juan Guaidó de invitado, Story insistió en no haber servido whisky 18 años, como le había dicho a Rodríguez la fuente colombiana.

De acuerdo a la agenda tuiteada por Rodríguez, los golpistas venezolanos pasaron el lunes, 22 de febrero, reunidos en la residencia de Story. Los temas de discusión incluían cómo alentar “una transición desde una posición de fuerza” en Venezuela así como la potencial unidad entre los partidos de oposición.

En la cumbre también se le dedicó tiempo a conversaciones que exploraron la posibilidad de invocar la doctrina intervencionista de “Responsabilidad para Proteger” para justificar la invasión de Venezuela bajo la guisa de protección humanitaria, así como al menos seis “reuniones con Washington”. Insistiendo en que una amplia panoplia de la oposición estaba de acuerdo con la agenda de Washington, Story le aseguró a The Grayzone que 25 partidos participaron en la conferencia.

Varias agencias estadounidenses figuraban en los documentos de la agenda como participantes de las reuniones, incluyendo a la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento y la para la Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, ambas del Departamento de Estado; la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (la USAID); y el Equipo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. También aparecían como participantes algunos think tanks, pero sus nombres no fueron anotados.

El evento resaltaba a Story como el administrador de facto de la administración Biden del ala radical de la oposición venezolana, que busca el cambio de régimen cueste lo que cueste. El supuesto resultado de la reunión sugería que jugó un papel esencial en asegurar la continuidad de las administraciones de Trump y Biden en Venezuela.

El 2 de marzo, una semana después del encuentro en Bogotá, el secretario de estado Antony Blinken reconoció formalmente a Juan Guaidó como el “presidente interino”, respaldando la política maximalista de Trump que rechaza negociaciones o cualquier tipo de arreglo con el presidente de Venezuela, electo y reconocido por la ONU, Nicolás Maduro.

A pesar de su rol central en la trama del cambio de régimen venezolano, Story se ha escapado del escrutinio internacional que otros funcionarios de Estados Unidos han recibido, como el ex encargado del Departamento de Estado para Venezuela, Elliott Abrams. El trasfondo de Story pudiera ser menos intrigante que el de Abrams, y sin duda menos sórdido. Sin embargo, ha estado al frente de la infiltración estadounidense en Suramérica, y ha ayudado a establecer las bases para el asalto a la soberanía venezolana a través de su participación en la campaña de contrainsurgencia del Plan Colombia que consolidó a Bogotá como una base de influencia de los Estados Unidos.

Retrato de un golpista

El título oficial de James Story es el de embajador de Estados Unidos para Venezuela, aunque no haya trabajado dentro del país desde marzo de 2019. Actualmente está radicado en la vecina Colombia, desde donde coordina los esfuerzos de Washington para derrocar al gobierno de Maduro en la embajada estadounidense en Bogotá.

En su biografía oficial es descrito como un “Funcionario de carrera Senior del Servicio Exterior” con experiencia de trabajo en Afganistán, Mozambique, México y Brasil.

Luego de una temporada de tres años en el Consulado General de Estados Unidos en Río, Story se mudó a Caracas en julio de 2018 para servir como encargado de negocios suplente. El gobierno venezolano expulsó al encargado de negocios Todd Robinson en mayo de ese año, convirtiendo a Story en el funcionario de mayor rango en Venezuela.

A los seis meses de su llegada en enero de 2019, su gobierno anunció el reconocimiento a Juan Guaidó, un legislador de oposición anteriormente desconocido, como presidente. Mientras trabajaba para impulsar el golpe, Story estrechó lazos con el autoproclamado “presidente interino” y otros líderes de la oposición.

El 3 de marzo de 2019, Story publicó una foto en su perfil de Facebook donde salía en una salida a escalar amistosa con el antiguo candidato presidencial y figura de la oposición derechista, Henrique Capriles Radonski, durante su permanencia en Caracas.

“Hoy subí al Ávila con el ex alcalde, gobernador y candidato presidencial Henrique Capriles”, declaró Story.

“El pueblo venezolano lo ama”, dijo entusiasta.

A la tarde siguiente publicó una foto que tomó de Juan Guaidó encima de un carro, rodeado de partidarios con el texto “Regresó el presidente interino de Venezuela Juan Guaidó”.

Guaidó regresaba de una gira regional en la que participó en un intento fallido de violar la soberanía de Venezuela embistiendo con un convoy de camiones de la USAID a través de la frontera del país. La foto de Story demostraba la cercanía del “presidente” autoproclamado, y sugiere que tuvo un papel en conducir a Guaidó de un lado al otro.

Dos semanas después de la publicación de la foto, el 11 de marzo, el ministro de exteriores venezolano, Jorge Arreaza, le informaba a Story que el personal diplomático de Estados Unidos ya no era bienvenido en el país.

La atracción de Story por derrocar líderes de izquierda no se limita a Venezuela. Cuando un golpe militar de extrema derecha expulsó al presidente electo de Bolivia, Evo Morales, fuera del país, destruyó su casa, quemó la de su hermana, envenenó a sus perros y orquestó una campaña de terror nacional contra sus partidarios, Story acudió a Facebook para celebrar el putsch antidemocrático.

En marzo del 2020, Story promovió la recompensa multimillonaria que la administración Trump le puso a la cabeza del presidente venezolano Maduro y a varios de sus aliados políticos sobre la base dudosa de que eran líderes de un cartel anteriormente desconocido y probablemente inexistente supuestamente llamado el “Cartel de los Soles”.

Las fotos permanecen en la página de Facebook de Story como recuerdos de su orgulloso papel como administrador de facto de figuras radicales catapultadas por Estados Unidos para estar al mando de la oposición de Venezuela, y de su propia dedicación a los cambio de régimen por las vías que sean.

Cuando aparece en los medios de los Estados Unidos, no obstante, Story asume una imagen dramáticamente diferente, como un caballero del sur del país con un tacto cuidadoso y diplomático.

Detrás de los publirreportajes, sale a la luz el verdadero papel de Story

In a glowing profile of James Story, whom it billed as a “steely huntsman at helm of embattled US Embassy in Caracas,” the Associated Press proclaimed that the diplomat’s “down-home Southern charm has opened doors.”

En un relumbrante perfil de James Story, a quien rotula como un “cazador férreo al mando de la sitiada embajada estadounidense en Caracas”, la agencia Associated Press proclamó que el “encanto  sencillo sureño”, del diplomático, “le ha abierto puertas”.

“En una hazaña excepcional para los diplomáticos estadounidenses en Venezuela, que por lo general  se instalan en el complejo de la embajada ubicado en la cima de una colina estableciendo enlaces con políticos de la oposición”, decía efusivamente la AP, “Story se las ha arreglado para establecer sintonía con poderosos funcionarios del gobierno venezolano, mientras que al mismo tiempo esquiva cautelosamente el campo minado político que atraviesa al Miami antimaduro, que ha hecho del compromiso un asunto arriesgado para cualquier funcionario de los Estados Unidos. También se ganó el respeto de su equipo al unirse al equipo de softbol de la embajada a los días de haber llegado”.

Desde su expulsión de Venezuela en marzo de 2019, Story ha estado trabajando desde la embajada en Bogotá bajo una variedad de títulos, con el ex preisdente Donald Trump designándolo para servir como “embajador” ante Venezuela en mayo de 2020.

Debido al reconocimiento continuado de Guaidó, a pesar de su fracaso para asegurar el control del gobierno de Venezuela, o incluso uniendo a la oposición fracturada del país, no existen en la actualidad lazos diplomáticos oficiales entre Caracas y Washington. Hasta que salieran a la luz las noticias recientes de una cumbre de fugitivos venezolanos en Bogotá, los deberes de Story como “embajador virtual de Venezuela basado en Colombia” siguen estando cubiertos por un manto de misterio.

En el retrato adulador de Story, la AP cita a su antiguo jefe, el diplomático John Feeley, diciendo que “hábilmente puede estar tomando cocteles con los diplomáticos pero su corazón todavía está en alguna parte cazando patos desde un escondite a primera hora de la mañana”.

Story unió su interés por la intriga extranjera junto a su pasión por la hospitalidad sureña al servir platos de cochino a la parrilla a un grupo de líderes golpistas tragafuegos congregados en su casa en Bogotá. Pero los talentos de Story se extienden más allá de encantar a representantes de la oligarquía latinoamericana, y hacia el turbio mundo de las guerras contra las drogas y la represión paramilitar.

Un narcoguerrero defiende el bombardeo de campesinos con armas químicas

Tal vez lo más perturbador pero aún poco conocido detalle en la biografía de James Story tiene que ver con su tiempo trabajando en la embajada en Colombia.

Por aproximadamente 25 años, Estados Unidos supervisó en Colombia un programa de fumigación aérea, esparciendo alrededor de 1.7 millones de hectáreas de su tierra con el herbicida cancerígeno conocido como glifosato. (Esta sustancia es conocida como RoundUp en Estados Unidos. Su fabricante, Monsanto, ha pagado 10 mil millones de dólares para arreglara una demanda colectiva ejecutada por víctimas del cáncer).

La política de erradicación aérea de cultivos ha tenido un impacto devastador en la población rural de Colombia. Se estima que miles de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares como resultado de las fumigaciones, mientras que la gente viviendo en zonas afectadas “reportaron problemas dermatológicos, respiratorios y gastrointestinales” según el Centro Internacional para la Legislación Ambiental (CIEL, por sus siglas en inglés).

“Además de los impactos en la salud humana, los daños ambientales también se salen de control. El esparcido ha llevado a pérdidas enormes de cultivos”, agrega el CIEL. “El esparcido residual condujo a filtraciones en acuíferos y  aguas subterráneas. La destrucción de plantas que no son objetivos han dañado una de las regiones biológicamente más diversas, poniendo en peligro su propia existencia”.

En 2011, CNN transmitió un inusual reportaje exponiendo el papel del programa de fumigación aérea en la destrucción de la subsistencia de campesinos colombianos. El segmento de CNN cubría un documental sobre Abelardo Joya, uno de los 3.5 millones de desplazados internos bajo la campaña de contrainsurgencia del Plan Colombia.

La política estadounidense de erradicación de cultivos arruinó el terreno de Joya donde sembraba cacao y plátano, volviéndolo un refugiado en su propio país.

“Destruyeron nuestra comida”, se lamentaba Joya ante la cámara. “Eso es lo único que destruyen, porque las siembras de alimento no pueden resistir el veneno que lanzan”.

Para equilibrar el reportaje, CNN logró encontrar una voz dispuesta a hablar de forma positiva sobre el programa de fumigación. Era la del actual “embajador virtual” de Estados Unidos ante Venezuela.

“El programa de erradicación aérea que lleva el gobierno de Colombia ha sido extraordinariamente exitoso”, declaraba Story desde la comodidad de su oficina con aire acondicionado, donde en ese momento trabajaba como director de la sección de asuntos de narcóticos de la embajada.

Story pasó a continuación a declarar que la política había resultado en una caída del 40 por ciento del cultivo de coca, mientras que admitía que “alguna parte se desvía” en relación a sembradíos vecinos.

El segmento completo que enseña los comentarios de Story está incrustado abajo:

Según el portal de la embajada de los Estados Unidos, su sección de narcóticos en Colombia “asesora al embajador en políticas antinarcóticos y trabaja de forma cercana con el Departamento de Justicia, el de Seguridad Nacional y sus contrapartes militares”.

El “embajador virtual” de Estados Unidos ante Venezuela ha sido publicitado como un caballero afable del Sur, y existen pocas razones para dudar que puede servir una suculenta tira de costillas. Pero la verdadera historia de Story yace detrás de su imagen de “cazador férreo” moldeada por los medios en las entrañas de la arquitectura de la seguridad nacional estadounidense, donde se planean los golpes, los títeres se preparan, y los campesinos son convertidos en millones de refugiados.